La salud mental es un pilar en nuestro bienestar general y debemos prestarle atención. A menudo se asocia salud mental con la ausencia de trastornos mentales, pero es un concepto más amplio que incluye nuestro estado emocional, psicológico y social.
Una buena salud mental nos permite llevar una vida plena y satisfactoria. Aunque no nos engañemos, son muchos los factores que afectan nuestra salud mental y algunos no los podemos controlar, como la genética o el ambiente. Pero en cambio existen otros factores que sí que podemos modificar con nuestro estilo de vida. En el artículo de hoy queremos hablarte de cómo la alimentación y otros hábitos pueden ayudarte a conseguirlo.
¿Cómo influye la alimentación en nuestra salud mental?
Una dieta equilibrada puede tener un impacto positivo en nuestro bienestar mental. Nuestro cerebro requiere un suministro constante de nutrientes para alimentar las neuronas y otras células del sistema nervioso, pero también para enviar señales a todo el cuerpo (impulso nervioso). Así que, para el buen funcionamiento del cerebro debemos de gozar de un buen estado nutricional.
La dieta mediterránea por su riqueza en nutrientes, vitaminas, minerales, antioxidantes y ácidos grasos esenciales se considera un buen patrón alimentario que contribuye a un buen estado mental.
¿Qué alimentos ayudan a la salud mental?
Veamos los nutrientes que intervienen en las funciones cerebrales y en qué alimentos podemos encontrarlos.
- Hidratos de carbono: Los carbohidratos contribuyen al buen funcionamiento del cerebro. Los hidratos de carbono son como gasolina para nuestro cerebro y la glucosa que contienen proporciona energía a sus células. Incluir este grupo de alimentos en las comidas principales es la mejor forma de alimentar nuestro cerebro.
Alimentos ricos en hidratos de carbono: pan, pasta, arroz, legumbres y patata. Recuerda que si los tomas integrales o en forma de legumbre, tu cuerpo absorberá dicha energía poco a poco optimizando su utilización.
- Omega 3. Los ácidos grasos omega 3, en particular el llamado DHA, participan en el mantenimiento normal del cerebro. Son las grasas preferidas por el cerebro ya que forman parte de las membranas de sus células, es decir de la capa que las envuelve. Alimentos ricos en omega 3 (DHA): Pescados azules como el salmón, sardinas, atún…
- Vitamina C: La vitamina C contribuye a la función psicológica normal. La vitamina C se acumula en el sistema nervioso central y en las neuronas del cerebro que tiene concentraciones especialmente altas de esta vitamina. Además, protege las células del cerebro del estrés oxidativo.
Alimentos ricos en vitamina C: Kiwi, naranjas, fresas o pimiento.
- Vitaminas del grupo B (biotina, ácido fólico, niacina, tiamina, B12 y B6). Este grupo de vitaminas contribuyen a las funciones psicológicas normales y cada una de ellas tiene un papel destacado en alguna de las funciones cerebrales.
Alimentos ricos en vitamina B: Estas vitaminas están muy diseminadas entre diferentes tipos de alimentos como los vegetales de hoja verde, los frutos secos, pescado y marisco, legumbres, huevos…
- Magnesio: Este mineral contribuye a las funciones psicológicas normales. El magnesio está involucrado en muchas vías fisiológicas y algunas de ellas son necesarias para el buen funcionamiento del cerebro.
Alimentos ricos en magnesio: frutos secos, avena, arroz integral, legumbres, espinacas y acelgas.
Hábitos alimentarios que cuidan de tu salud mental
Mas allá de alimentos y nutrientes, existen otros factores relacionados con la alimentación que tienen una fuerte influencia en nuestra salud mental. Toma nota de ellos:
- Evita una alimentación restrictiva. Si eres muy estricto/a con tus elecciones alimentarias y, por ejemplo, te prohíbes alimentos que te gustan mucho, te saltas comidas, no te permites ir a tomar algo con tus amigos, te fuerzas a quedarte con hambre… vas a generar ansiedad. ¿No te ha pasado nunca que cuando decides dejar de tomar chocolate, por poner un ejemplo, tu cabeza solo piensa en chocolate? Así funciona nuestra mente. Para evitar que te pase, procura no hacer grandes restricciones, es mejor llevar una alimentación completa y equilibrada que incluya ciertos caprichos controlados para calmar nuestras necesidades gastronómicas. Es un tema de equilibrio. Si no sabes cómo lograr este equilibrio sin generar estrés, lo mejor es que pidas consejo a un dietista-nutricionista.
- Procura tener un buen descanso. Quizás te parezca que esto no tenga nada que ver con la alimentación, pero no es así. Cenar pronto y de forma ligera, ayuda a hacer una buena digestión que no interferirá en tu sueño. Procura, además, no tomar cafeína a partir del mediodía. Esta sustancia estimulante puede seguir en la sangre hasta 7 o 10 horas y dificulta la conciliación del sueño o gozar de un sueño profundo. Un buen descanso es clave para nuestra salud mental.
- Deja de seguir cuentas tóxicas en redes sociales. Si te interesa la alimentación saludable quizás sigues cuentas que hablan todo el día de una alimentación idealizada, llena de alimentos milagro, falsos mitos y cuerpos imposibles. Este tipo de cuentas generan malestar al dibujar una realidad que no existe y que no logramos alcanzar. ¡Haz limpieza en tus redes! Sigue aquellas cuentas que te aporten positividad y no culpabilidad.
Además de la alimentación, no olvides otros hábitos interesantes para tu salud mental como practicar ejercicio de forma regular o buscar algún momento para ti, respirar e incluso meditar. Y si sientes que no consigues estar en paz mental, es importante acudir a un profesional que te ayude.
La salud mental es un componente esencial de nuestra vida que merece atención y cuidado. Al reconocer su importancia y adoptar estrategias para mejorarla, podemos vivir de manera más plena y satisfactoria. Y recuerda que una buena alimentación te ayudará a sentar las bases para un mayor bienestar. En Carretilla trabajamos para ofrecerte Platos Listos que te permitan llevar una dieta variada y que así sea más sencillo cuidarte desde dentro.