Con motivo del Día Mundial de los Abuelos y Abuelas, que se celebra el 26 de julio, queremos dedicar el artículo de hoy a las personas mayores. Los abuelos nos han cuidado desde la infancia y merecen que les demos toda nuestra atención, así que, para cuidarlos un poco más, y teniendo en cuenta el calor de la época, vamos a hablar de la importancia de la hidratación en la tercera edad.
Riesgos de una incorrecta hidratación en personas mayores
Se ha detectado que más del 50% de los adultos mayores no realizan una correcta ingesta de líquidos. Además, en esta etapa de la vida el riesgo de deshidratación es mayor debido a los cambios fisiológicos propios de la edad: reducción de la sensación de sed y deterioro de la función renal que disminuye su capacidad de retener el agua ingerida.
La deshidratación es una condición compleja que resulta en una reducción del agua corporal total. Esto es un problema clave en las personas mayores ya que se asocia con confusión aguda, estreñimiento, infecciones del tracto urinario, agotamiento, caídas o incluso retraso en la cicatrización de heridas.
Cómo detectar si se sufre deshidratación
Como la sed no es un buen indicador, puedes fijarte en los siguientes signos: dolor de cabeza, estreñimiento, calambres musculares, boca y lengua secas y somnolencia. También es muy útil como indicador el color de la orina, ésta debería ser de un color amarillo claro, si la observamos de un tono intenso nos estará indicando que no hay una correcta hidratación.
Recomendaciones para mejorar la hidratación de los mayores
Las recomendaciones generales señalan que una ingesta diaria adecuada para adultos seria de 2l para mujeres y 2,6l de líquidos para hombres.
La principal fuente de líquidos debería ser el agua, pero si les cuesta beberla se puede utilizar como fuente de hidratación aguas infusionadas con frutas, por ejemplo, con limón y menta, o bien infusiones. Hay que tener en cuenta que la temperatura afecta a la apetencia y más en esta época del año. Probablemente, servir el agua fresca la puede hacer más atractiva.
Cabe destacar que los estudios indican que una mejora en la ingesta de líquidos de 300 ml por día mejora el estado de salud de forma significativa. Así que no hay que agobiarse, si conseguimos que nuestro mayor beba 2 pequeños vasos de agua más al día, ya estaremos logrando un beneficio claro.
A parte de los líquidos, algunos alimentos sólidos como frutas y verduras son una excelente fuente de hidratación. Procurar que se ingieran al menos 2 raciones de fruta al día, en el desayuno, la merienda o como postre. La sandía o el melón son especialmente ricas en agua. Y por otro lado, añadir en las comidas principales una porción de verduras, ensalada o, por ejemplo, gazpacho que puedes tener ya preparado en el frigorífico.
Con estas recomendaciones generales podemos mejorar la hidratación de nuestros mayores, pero recuerda que, si se detecta algún signo claro de deshidratación o bien sufre de alguna patología grave, es recomendable contactar con su médico para que le elabore una pauta personalizada.