Se acerca la Navidad y con ella llegarán los turrones, los villancicos, los regalos, las prisas… Y, cómo no, las tradicionales comidas y cenas de Navidad, tanto en familia como con los compañeros de trabajo. Con los excesos propios de estas fechas es fácil perder la compostura, y por eso en esta entrada queremos daros una serie de consejos para salir de estas fiestas con nuestra reputación intacta.
– Consejos para anfitriones:
Acoger una cena familiar es una tarea ardua, y toda la responsabilidad de que salga bien recae en los anfitriones. No obstante, para contentar a todos los invitados se pueden seguir una serie de consejos. Por ejemplo, servir un aperitivo ligero sirve para empezar a amenizar la velada además de dejarnos tiempo para terminar de preparar la comida y que vayan llegando todos los invitados, con lo que no haremos esperar a nuestros comensales. Es importante tener pensado un menú infantil para los más pequeños. Con los adultos, mejor no experimentar en el menú: un entrante o un consomé de primero y carne o pescado de segundo gustará a todos.
– La presentación es la clave:
Si además quieres sorprender a tus invitados con la más alta de las presentaciones, debes cuidar todos los detalles: mantelería blanca o estampada con estilo, una cubertería muy completa para no mezclar cubiertos distintos, una cristalería impecable y una vajilla elegante darán a la mesa un aspecto inmejorable. Recuerda también cuidar el orden: plato llano abajo y hondo o cuenco encima; en cuanto a los cubiertos, siempre los tenedores a la izquierda del plato (el de pescado por la parte de fuera y el de carnes por dentro) y a la derecha la cuchara (parte de fuera) y el cuchillo (parte de dentro, siempre con el filo mirando hacia la izquierda). Para las copas, sigue este orden de izquierda a derecha: agua, vino blanco y vino tinto, con la de cava delante. Si pones un centro de mesa, procura que no sea tan grande como para que dificulte la visión. Añade un juego de salero, vinagrera y pimentero por cada seis personas y quedarás como un profesional de la hostelería.
– El orden de los comensales importa:
Aunque lo habitual es que cada uno se siente en el primer sitio que ve, el protocolo marca un orden en el que deben sentarse los comensales. Los anfitriones, por ejemplo, deben sentarse cerca de la puerta para poder llegar a la cocina fácilmente. También debemos intentar alternar mujeres con hombres, e incluso es buena idea romper las parejas para fomentar la interacción. Por lo demás, las mujeres tienen precedencia sobre los hombres y los más mayores sobre los jóvenes. Para terminar, los niños deben sentarse al lado de sus padres para cualquier cosa que puedan necesitar y tenerlos controlados.
– Sigue el protocolo:
También hay ciertas cosas que podemos hacer para ofrecer una velada elegante. Es importante recibir a todos los invitados y presentar a aquellos que no se conozcan, así como despedirles y preguntarles si han disfrutado. También no dejar nunca solos a nuestros invitados y plantear temas de conversación para amenizar la noche además de ofrecer algún que otro aperitivo. Y recuerda: los platos se sirven por la izquierda y se retiran por la derecha.
– Si acudimos como invitados:
Si en lugar de ser nosotros quienes lo organizamos todo hemos sido invitados, no debemos olvidar tampoco las buenas formas. Es importante acudir con un atuendo elegante pero no ostentoso e intentar traer algún obsequio para los anfitriones. Tampoco está de más echar una mano con los preparativos que queden cuando lleguemos ni dar las gracias por todo antes de marcharnos. Y, ni que decir tiene, comportarnos de manera educada, no excedernos con la comida ni la bebida y evitar sacar temas de conversación que puedan ser polémicos o desagradables como la política, la religión, disputas familiares, etc.
– Y en las comidas y cenas de empresa…
Las comidas y cenas de empresa son un arma de doble filo: nos sirven para confraternizar con los compañeros, pero también pueden servir para quedar en evidencia ante ellos. Cosas importantes que recordar en estos compromisos son la elegancia y la moderación. No te pases con el alcohol para evitar ofrecer un espectáculo bochornoso y trata de ser comedido en tus comentarios o podrás meterte en un lío. No olvides que fuera del trabajo tus jefes siguen siendo tus jefes, así que respeta la jerarquía. Tampoco se te ocurra irte a tu casa justo cuando te toca pagar una ronda. Y si tienes pensado acercarte a un compañero o compañera con intenciones amorosas, la discreción es tu mejor aliada.
Esperamos que estos consejos os sean útiles, ¡os deseamos muy felices fiestas!